Este miércoles ha tenido lugar la Asamblea General Ordinaria de ARADE de 2020. Por primera vez se ha llevado a cabo por medios telemáticos, a través de videoconferencia, por causa del COVID-19.
Nos hemos alegrado de poder vernos aunque fuera a través de la pantalla, pero ha sido inevitable el echar de menos la Asambleas de años anteriores en las que abríamos nuestras puertas a todos nuestros colaboradores y a representantes de la Administración.
Tras cumplir con los requisitos legales (lectura y aprobación del Acta anterior, aprobación de las cuentas anuales de 2019 y la previsión de 2020, que la Asamblea refrendara la nueva estructura de la Junta Directiva, etc…) hemos aprovechado para que la gerencia y presidencia de ARADE diera las gracias. A pesar de los duros momentos vividos en cada uno de los centros siempre ha habido palabras de ánimo, sinceridad, lo que ha facilitado la labor de ARADE en la intermediación ante la Administración y para transmitir de forma veraz ante los medios de comunicación los momentos que estábamos viviendo.
Hemos puesto entre todos en valor más que nunca nuestro lema “la unión nos hace más fuerte y nos ayuda a mejorar”. Porque sabemos que a través de esa unión los asociados no se han sentido solos, han estado informados en todo momento y tal y como nos han transmitido, se han sentido apoyados y representados. Hemos hablado de las dificultades pasadas y el miedo que seguimos sintiendo porque en esta desescalada sigan siendo las personas mayores, las más vulnerables, las que se siguen poniendo en peligro porque mientras se empiezan a permitir nuevas altas, visitas de familiares, paseos al exterior de los residentes, el virus sigue ahí fuera y hay aspectos regulados a través de normativas que a menudo nos parecen contradictorias en relación a la realidad que estamos viviendo. Mientras sigan produciéndose nuevos contagios, mientras siga aumentando el número de fallecimientos, los responsables de nuestros centros no podrán estar tranquilos.
También se ha puesto de manifiesto la necesidad de un apoyo económico real y finalista tanto para las residencias como para los Centros de Día, obligados a seguir cerrados y sin saber a día de hoy cuándo podrán abrir sus puertas. Hemos tenido palabras de agradecimiento hacia nuestro centro intermedio Covid, La Abubilla, porque sin los centros intermedios de esta CC.AA. la labor de las residencias hubiera sido mucho más complicada estos meses, y hemos incidido en la necesidad de una buena colaboración con los Servicios Públicos Sanitarios a través de nuestros centros de atención primaria y nuestros hospitales de referencia para permitir que nuestras residencias sigan siendo lo que son, servicios sociales y no hospitales.
Nos hemos despedido hasta muy pronto porque seguiremos realizando Foros de Dirección, aunque sea por medios telemáticos, porque en la actualidad se ha convertido en una necesidad psicológica de todos nosotros saber que ninguno estamos solos ante las dificultades.