Hoy hemos contado con Carmen Martinez directora de Atención Integral a la Dependencia (AID) que nos ha explicado como organizar una unidad de convivencia. La principal idea es vivir fuera de casa, pero como en casa. Se prima lo que se puede hacer, el derecho a gestionar la propia vida de la persona mayor o en situación de dependencia y afecta a todas las dimensiones que definen un alojamiento de cuidados.
Es un nuevo estilo que no se centra en la tarea (hacer para), sino que se centra en la persona (hacer con), por esta razón hay que adaptarse y conocer muy bien a cada uno de los usuarios del centro. Carmen nos ha explicado de qué manera se establecerá una horizontalidad en las relaciones y que supondrá una mayor satisfacción para los usuarios, familias y profesionales del centro. No se deben agrupan las personas por enfermedades, sino por estilos de vida. Hemos comentado la importancia de aspectos ya existentes en otras formaciones como disponer de la historia de vida, un profesional de referencia y un plan de atención y vida.
Se ha hablado de los claros beneficios del “modelo hogar” como un modelo agradable y acogedor, también hemos sido conscientes de las dificultades de abordar la implantación de unidades de convivencia por cuestiones estructurales, de gestión o financieras. No obstante Carmen nos ha transmitido la importancia de avanzar poco a poco es esta dirección y que podemos acercar mucho nuestro modo de trabajar a este modelo, aunque no dispongamos de los espacios.
Hemos concluido la mañana hablando de los atributos sensoriales del entorno, de la importancia de crear entornos posibilitadores y que las personas puedan llevar a la residencia objetos significativos para ellos y que puedan convertir su habitación y espacios comunes en algo propio. Así como de los beneficios indiscutibles que aportan los jardines y huertos terapeúticos.