La racionalización de psicofármacos en residencias geriátricas es posible.

Dos de cada tres personas que viven en residencias toman algún tipo de psicofármaco. Estos fármacos conllevan riesgos graves (caídas, accidentes cerebro vasculares, arritmias, etc.) y un dramático aumento de la mortalidad. Las pocas publicaciones que describen la prevalencia de uso en España apuntan a que su uso en residencias es excesivo. Todas las sociedades científicas abogan por su reducción. En Alemania el uso excesivo de neurolépticos en residencias ha llegado a formar parte de los escándalos mediáticos crónicos. En EEUU son cada vez más las voces que se organizan para alertar sobre los riesgos del uso excesivo de psicofármacos.